Cómo citar este artículo: Galindo-García G, Galván-Plata ME, Nellen-Hummel H, Almeida-Gutiérrez E.Respuesta a comentario al artículo “Asociación entre hiperglucemia de estrés y complicaciones intrahospitalarias”. Rev Med Inst Mex Seguro Soc. 2015;53(5):534.
CARTAS AL EDITOR
Gerardo Galindo-García,a María Eugenia Galván-Plata,b Haiko Nellen-Hummel,c Eduardo Almeida-Gutiérrezb
aServicio de Medicina Interna, Hospital General Regional 2, Villa Coapa
bCoordinación de Investigación en Salud
cJefatura del Servicio de Medicina Interna, Hospital de Especialidades, Centro Médico Nacional Siglo XXI
Instituto Mexicano del Seguro Social, Distrito Federal, México.
Comunicación con: Gerardo Galindo-García
Teléfono: (55) 2217 9879
Correo electrónico: gerardo3g2010@hotmail.com
Consideramos que la definición de la hiperglucemia de estrés utilizada en el artículo “Asociación entre hiperglucemia de estrés y complicaciones intrahospitalarias” es adecuada ya que según Dungan et al.1 proponen dos categorías diagnósticas de hiperglucemia de estrés: la hiperglucemia intrahospitalaria de acuerdo a la definición de la ADA (glucosa en ayuno mayor a 6.9 mmol/L o glucosa aleatoria mayor de 11.1 mmol/L sin evidencia previa de diabetes) y la diabetes preexistente con mal control glucémico, por lo que el término “hiperglucemia de estrés” es aplicable en ambos casos. Por otra parte, es correcto emplear “hiperglucemia intrahospitalaria” o “hiperglucemia de estrés” ya que según la definición de consenso de la American Diabetes Association (ADA) y la American Association of Clinical Endocrinologist (AACE) ambos términos se refieren a cualquier concentración de glucosa sérica mayor a 140 mg/dL.2
Estamos de acuerdo con el comentario editorial en que “existe una asociación significativa entre la hiperglucemia y la mortalidad ajustada en angina inestable, infarto agudo del miocardio, insuficiencia cardiaca congestiva, arritmia, enfermedad vascular cerebral isquémica o hemorrágica, hemorragia gastrointestinal, lesión renal aguda, neumonía, embolia pulmonar y sepsis”, mismas consideraciones que ya fueron mencionadas en la introducción de nuestro artículo.3