Cómo citar este artículo: Fajardo-Ortiz G, Robles-Rivera K, Soto-Aguilera C. Auditoría médica: el comienzo de una nueva era. Rev Med Inst Mex Seguro Soc. 2015;53(2):124-5.
EDITORIALES
Recibido: 9/09/2014
Aceptado: 6/10/2014
Guillermo Fajardo-Ortiz,a Karina Robles-Rivera,b Carlos Alberto Soto-Aguilerac
a,b,cSubdivisión de Educación Continua, División de Estudios de Posgrado, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México. México, Distrito Federal.
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La auditoría médica en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se desarrolló gracias al doctor Fernando González Montesinos, su propósito fue crear un sistema para mejorar los servicios médicos y beneficiar a los derechohabientes. En 1962, publicó la primera edición del instructivo titulado “La Auditoría Médica”, en que describía el procedimiento para evaluar los expedientes clínicos y las prácticas médicas. Al paso de los años perfeccionó el sistema de auditoría y sentó las bases para su proyección con otros términos.
Palabras clave: Atención médica, Auditoría médica, Fernando González MontesinosThe medical audit in the Instituto Mexicano del Seguro Social was developed thanks to the physician Fernando González Montesinos, his purpose was to create a system to improve the medical services and to benefit the affiliates. In 1962 he published the first edition of the manual named “La Auditoría Médica” that described the procedure for the evaluation of medical records and medical practices. As the years passed he improved the system of medical audit and provided the basis for the current evaluation known in other terms.
La atención médica en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y probablemente en otras instituciones de servicios de salud, ha tenido tiempos decisivos. Para el Instituto, uno de esos tiempos fue la implementación de la auditoría médica por el doctor Fernando González Montesinos (1922-2004), al instaurar un método para la evaluación de los servicios médicos.
Fernando González Montesinos nació en la ciudad de Florencia, Italia. Vivió dentro del seno de una familia culta de padres mexicanos, llegando a corta edad a México. Se formó en escuelas de clase media, durante su juventud estuvo embebido en la lectura de temas relacionados con la filosofía, el lenguaje, la ética, la lógica y la historia. Ya como médico, fue innovador y vanguardista formado en los años de grandes clínicos y de la pretecnología médica. Estudió en la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, se recibió como médico cirujano en 1946, y posteriormente, realizó un curso de posgraduados en gastroenterología, completándolo con un fellow especial en la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota.
Su pasión por la docencia médica lo motivó a desarrollarse en este campo hasta lograr convertirse, por méritos propios, en profesor en diversas instituciones, sin embargo practicó poco la profesión; ocupó puestos directivos y de asesoría en la Jefatura de Planeación y Supervisión del IMSS para crear e implementar un sistema para mejorar la atención médica. Para el diseño de dicho sistema, acudió a diversos trabajos elaborados por médicos de Estados Unidos de América, entre los que se recuerdan el trabajo de los doctores Ernest Emery y Edward Martin, fundadores del American College of Surgeons en 1910; así como del doctor George Gray Ward realizado en el Women’s Hospital de Nueva York en 1918.
Tras varios años de investigación, esfuerzo y dedicación Fernando González consolidó sus ideas para que el sistema comenzara a funcionar en los servicios médicos del IMSS. En mayo de 1962, publicó el instructivo titulado “La Auditoría Médica”,1 que describía los objetivos y procedimientos para la revisión sistemática de los expedientes clínicos. Aunque se trataba de una idea brillante, algunos médicos la percibieron con temor al creer que el objetivo era sancionarlos; sin embargo, nunca se pretendió tomar represalias en contra de ellos, sino propiciar el conocimiento de la calidad de su trabajo para desarrollar proyectos que permitieran optimizarla, incentivarlos a mejorar sus labores y favorecer un ambiente agradable de trabajo entre médicos y autoridades.
La auditoría médica se dividía en interna y externa, ambas integradas por personal médico muy calificado del IMSS. La interna o local dependía del director de cada unidad de atención médica y estaba conformada por médicos dedicados a la evaluación de expedientes; la externa o central lo hacía la Subdirección General Médica. En cada auditoría se debía verificar que los expedientes clínicos contaran con historia clínica, hojas de evolución, solicitudes de pruebas de laboratorio y gabinete con sus respectivos resultados, interconsultas dentro y fuera de la unidad de atención médica y solicitudes de cirugía en casos necesarios. Los formatos para evaluarlos se encontraban elaborados en papel ´mimeografiado´, y consistían en listas de cotejo que debían completarse según la presencia o ausencia de documentos y elementos.
Las grupos internos y externos, realizaban la auditoría recurriendo a los expedientes clínicos, buscando que fueran legibles y completos; en caso de no encontrarse así, se indicaba la razón por la que no se podía continuar. Se revisaba si las notas de evolución guardaban relación con la historia clínica y la presencia de notas de envío a especialidades médicas. Al finalizar la revisión de cada elemento del expediente clínico, se le asignaba una puntuación, cuya suma total debía ser 100 puntos, y disminuía en caso de fallas u omisiones. La información obtenida era registrada de manera individual y resguardada por los directivos, quienes las daban a conocer en lo personal a los propios involucrados.
La utilidad de la auditoría médica no demoró en revelar información extremadamente valiosa al identificar necesidades de los derechohabientes y de los profesionales de la salud, con el propósito de crear programas de mejora continua para la calidad de los servicios médicos prestados en el IMSS. Pronto se escucharían las voces de satisfacción de directivos y médicos, y en su caso, de derechohabientes, por ser los beneficiarios de la implementación del novedoso sistema; siendo así el IMSS un líder en la calidad de la atención médica.
Dos años después se publicó la segunda edición del instructivo “La Auditoría Médica”,2 logrando poner en marcha el sistema evaluador en todo el Instituto. Asimismo, junto con sus colaboradores, en 1976 publicó en el Boletín Médico del IMSS el trabajo “Observaciones a través de la evaluación del expediente clínico en el Instituto Mexicano del Seguro Social”,3-5 en donde se planteaban los principales problemas encontrados en los expedientes médicos de clínicas y hospitales, para enfocarse en ellos y solucionarlos.
No se podría hoy en día imaginar la calidad en la atención médica en México, sin mencionar las aportaciones del doctor Fernando González Montesinos, mismas que marcaron la diferencia en la forma de brindar servicios médicos en el IMSS. La auditoría médica logró impactar con sus buenos resultados a otras organizaciones del sector salud de México y otros países, decidieron implementar el mismo sistema con el fin de beneficiar la salud y el bienestar de sus afiliados, así como brindar herramientas de mejora a los médicos. Al pensar en la tecnología de la época, se podría cuestionar: ¿Qué cambios y hasta dónde hubiera llegado González Montesinos con su sistema evaluador al utilizar herramientas tecnológicas digitales?, y ¿Se concebiría de la misma manera la acreditación y certificación de los hospitales?
Declaración de conflicto de interés: los autores han completado y enviado la forma traducida al español de la declaración de conflictos potenciales de interés del Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas, y no fue reportado alguno que tuviera relación con este artículo.