¿Una nueva realidad para la dermatología mexicana?

Sin duda nadie estaba preparado para los cambios que hemos venido experimentando desde que se conoció el SARS-CoV-2 en China. ¹ Hoy estamos a meses de haber iniciado el confinamiento en casa y aún no podemos saber cuánto tiempo continuará, a qué realidad regresaremos ni qué de nuestra previa normalidad podrá continuar.

En dermatología, tenemos varias interrogantes ante esta nueva normalidad: ¿es seguro y posible volver a la consulta presencial?, ¿qué papel tendrá el uso de la telemedicina como herramienta?, ¿su adopción será algo transitorio o está aquí para quedarse? y ¿qué hemos aprendido y hacia dónde vamos?

Para nosotros, los dermatólogos, la consulta presencial es esencial, y en los pacientes existe una necesidad de ser tocados durante la consulta dermatológica, dada la percepción de que se es atendiendo correctamente y de que, a falta de esta interacción, el valor de la atención médica disminuye. Consideramos que será posible continuar con la consulta presencial, implementando las medidas necesarias de prevención, ^{2 , 3} pero es necesario realizar un consenso general por parte de las academias, los colegios y los organismos reguladores médicos para establecer nuevas normas, guías y requisitos mínimos indispensables para la apertura y el correcto funcionamiento de los consultorios, y posteriormente hacer adecuaciones según las necesidades de cada especialidad médica. ^{4 , 5 , 6}

La Organización Mundial de la Salud define la telemedicina como el suministro de servicios de atención sanitaria en los que la distancia constituye un factor crítico, realizado por profesionales que apelan a tecnologías de la información y de la comunicación con el objeto de intercambiar datos para hacer diagnósticos, preconizar tratamientos y prevenir enfermedades y heridas, así como para la formación permanente de los profesionales de atención de la salud y en actividades de investigación y evaluación, con el fin de mejorar la salud de las personas y de las comunidades donde viven. ⁷ Las tecnologías de la información y de la comunicación, como computadoras, internet y celulares, han revolucionado el modo en que se comunican los individuos entre ellos. Estas tecnologías, más que nunca, tienen un gran potencial para ayudar a sobrellevar los problemas de salud globales contemporáneos. ⁸

Durante la presente pandemia de COVID-19, las instalaciones de salud están saturadas, lo que ha dificultado dar el seguimiento a enfermedades crónicas. Las teleconsultas son una forma segura y efectiva de evaluar casos sospechosos, y permiten que muchos de los servicios clínicos clave continúen operando regularmente y sin interrupciones, tanto en la preparación como en el curso de una emergencia de salud pública. Así mismo, la telemedicina ha permitido facilitar el contacto entre centros de atención primaria con otros centros especializados o de tercer nivel. Sin embargo, hay que considerar que la telemedicina es diferente de una consulta tradicional, dado que no posibilita una exploración física, no es ideal para recetar medicamentos controlados y antibióticos, y aumenta el margen de error en el diagnóstico y en el tratamiento.

La regulación actual en México, salvo en pocos aspectos, no ha sido actualizada con respecto al acceso a consultas médicas de forma remota, aunque esto tampoco está expresamente prohibido en ninguna parte de la regulación. ^{9 , 10 , 11 , 12 , 13 , 14} También es importante hacer notar que existen servicios de atención telefónica y chats puestos a disposición de los usuarios de diversas aseguradoras que prestan servicios de orientación similares a una consulta, sin que por el momento haya habido objeción por parte de las autoridades. Los requisitos generales aplicados a toda telemedicina incluyen el consentimiento informado para cualquier interacción, transmisión de datos, tratamiento, monitoreo y consulta. También existe la obligación de proteger la privacidad y la confidencialidad, y de dar conocimiento al paciente con un aviso de privacidad, en el que se debe especificar qué información será recolectada y cómo será utilizada.

Para mejorar la calidad de la telemedicina es aconsejable que, previo a la interacción virtual, se mande al paciente una guía de los pasos a seguir para realizar su conexión y, si se considera necesario, pedir la asistencia de un familiar; si se solicitaron laboratorios clínicos, mandarlos antes de la consulta; médico y paciente deben disponer de un buen servicio de internet y de un lugar y un momento tranquilo para realizarla; y si el paciente tiene dudas antes o durante la interacción, indicarle que haga una lista para poder hablar de ellas.

Aunque la educación médica continua en línea es una herramienta ya utilizada por especialistas y residentes, la pandemia ha permitido que se explote aún más el acceso a los recursos digitales. Ahora se tiene la oportunidad de asistir a cursos y conferencias con expertos de todo el mundo, ya sea en directo o archivadas en línea en diversas páginas, lo cual ha permitido escoger los temas, e incluso el horario, de mayor pertinencia para cada médico. ¹⁵ Sin embargo, a pesar de las ventajas que lo anterior conlleva, para la formación del residente de dermatología es indispensable la práctica con contacto directo con el paciente, lo cual está impulsando el desarrollo de estrategias para simular e implementar esta interacción en una consulta dermatológica a distancia. ¹⁶ Lo anterior requiere que los dermatólogos formadores estén capacitados en las nuevas tecnologías, tanto de comunicación como de desarrollo de contenido digital, combinado con estrategias de educación digital y a distancia, para poder ofrecer al residente lo mejor de ambos mundos; ¹⁷ es decir, que reciban la teoría y la práctica, apoyándonos con programas de simulación de consulta e interacción, o con juegos de rol de diagnóstico y tratamiento. ¹⁸

Aun cuando la pandemia de COVID-19 se controle en nuestro país y la contingencia de salud termine, quedarán muchos temas por definir y muchos detalles por pulir para retomar las actividades en el campo de la dermatología, pero vamos en el camino correcto al hacernos por adelantado las preguntas que nos permitirán encontrar las respuestas para proveer a los pacientes con la mejor atención médica, sin aumentar los riesgos tanto para los pacientes como para el personal médico, y así poder disponer de las mejores herramientas para la formación de los futuros especialistas, incluso en condiciones complejas. Las distancias son amplias, los problemas parecen ser muchos y la respuesta parece estar aún lejana, pero los retos nos impulsan a sacar lo mejor de nosotros para salir adelante, y esta contingencia no será la excepción.