ISSN: 0443-511
e-ISSN: 2448-5667
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Factores asociados a la actividad física y el índice de masa corporal en escolares de Arandas, Jalisco, México

Cómo citar este artículo: Miranda-Ríos L, Vásquez-Garibay EM, Romero-Velarde E, Nuño-Cosío ME, Campos-Barrera L, Caro-Sabido EA, Ramírez-Díaz J. Factores asociados a la actividad física y el índice de masa corporal en escolares de Arandas, Jalisco, México. Rev Med Inst Mex Seg Soc 2017;55(4):472-480.

PubMed: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28591502


APORTACIONES ORIGINALES


Recibido: 20/06/2016

Aceptado: 14/09/2016


Factores asociados a la actividad física y el índice de masa corporal en escolares de Arandas, Jalisco, México

Factors associated with physical activity and body mass index among schoolchildren from Arandas, Jalisco, Mexico


Lizette Miranda-Ríos,a Edgar M. Vásquez-Garibay,a Enrique Romero-Velarde,a María Eugenia Nuño-Cosío,b Liliana Campos-Barrera,a Erika A. Caro-Sabido,a Joanie Ramírez-Díaza


aInstituto de Nutrición Humana, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, Jalisco, México


bInstituto Alteño para el Desarrollo de Jalisco, A.C., Guadalajara, Jalisco, México

 

Comunicación con: Edgar M. Vásquez-Garibay

Teléfono: (33) 3618 9667

Correo electrónico: vasquez.garibay@gmail.com


Introducción: en 2015, México ocupaba el primer lugar mundial en obesidad infantil. El objetivo fue identificar la asociación entre conductas activas y sedentarias con características sociodemográficas de la familia en escolares de Arandas, Jalisco, México.

Métodos: en estudio transversal se seleccionaron aleatoriamente 192 escolares. Se obtuvieron el índice de masa corporal (IMC), las conductas activas y sedentarias, y las características sociodemográficas de las familias. Se construyeron modelos de regresión logística con las variables incluidas.

Resultados: los varones en condiciones de no hacinamiento (razón de momios [RM] 6.12, intervalo de confianza al 95% [IC 95%] 2.17-17.25, p = 0.001) cuyas madres se dedicaban al hogar (RM 2.44, IC 95% 1.00-5.94, p = 0.05) refirieron que practicaban actividad física con más frecuencia. El transporte activo hacia la escuela fue más común en hijos de padres con menor ingreso económico (RM 3.13, IC 95% 1.27-7.7, p = 0.013) y con empleo de albañil o campesino (RM 5.12, IC 95% 1.13-23.3, p = 0.034). Los escolares provenientes de familias nucleares pasaron más horas frente al televisor (RM 2.69, IC 95% 1.10-6.58, p = 0.03). La frecuencia de juegos en la calle fue significativamente mayor en varones cuyos papás tuvieron un empleo inestable (RM 2.93, IC 95% 1.06-8.1, p = 0.038) y baja escolaridad (RM 2.94, IC 95 % 0.96-8.98, p = 0.059).

Conclusión: las familias con estrato socioeconómico más bajo se asociaron con mayor frecuencia a actividades activas que no requieren un gasto económico.

Palabras clave: Ejercicio; Estilo de vida sedentario; Educación preescolar; Educación primaria; Estudiantes; México


Background: In 2015, Mexico was the top country for childhood obesity. The objective was to identify the association between physical activity and sedentary lifestyle with the social and demographic characteristics of families of schoolchildren in Arandas, Jalisco, Mexico.

Methods: In a cross-sectional study, 192 schoolchildren were randomly selected. Body mass index (BMI), active and sedentary behaviors, and socio-demographic characteristics of families were obtained. Logistic regression models with the included variables were constructed.

Results: Males living in not-crowding houses [OR 6.12 (2.17-17.25), p = 0.001], whose mothers were housewives [OR 2.44 (1.00, 5.94), p = 0.05], practiced more physical activity. Active transport to school was more common in schoolchildren whose fathers had lower income [OR 3.13 (1.27, 7.7), p = 0.013] and employment as peasant or mason [OR 5.12 (1.13, 23.3), p = 0.034]. Schoolchildren of nuclear families spent more hours watching television [OR 2.69 (1.10, 6.58), p = 0.03]. The frequency of outdoor playing was higher in males whose fathers had unstable employment [OR 2.93 (1.06, 8.1), p = 0.038] and low education [OR 2.94 (0.96, 8.98), p = 0.059].

Conclusion: Families with lower socioeconomic strata (less educated parents, unstable employment and family overcrowding) are more associated with active activities that do not require active economic spending.

Keywords: Exercise; Sedentary lifestyle; Preschool child; Primary education; Students; Mexico


Introducción

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2015), México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil y el segundo en obesidad en adultos. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 reportó una prevalencia nacional de 19.8% de obesidad y 14.6% de sobrepeso en niños de cinco a once años de edad.1 Estas prevalencias han presentado una tendencia al incremento desde finales de la década de los años noventa2 y se han mantenido durante los últimos seis años.1 Se reconoce que el problema del sobrepeso y la obesidad es de etiología multifactorial y uno de los principales factores implicados es la disminución del gasto energético, relacionada con el incremento de conductas sedentarias y la disminución de las conductas activas.3 Se han descrito múltiples factores asociados a estas conductas,3,4 como la disminución de espacios adecuados dentro de las comunidades para la actividad física; inseguridad; uso indiscriminado de dispositivos tecnológicos con fines lúdicos (computadoras, teléfonos celulares, juegos de video, etcétera); uso de transporte motorizado en diferentes momentos del día; poca frecuencia de actividades físicas en la escuela; etcétera. Sin embargo, las conductas activas y sedentarias se presentan de manera heterogénea en la población pediátrica.5,6 Esto refleja, que la exposición cotidiana a los factores antes mencionados se presente de manera diferenciada. Se ha descrito que en pediatría las principales variaciones en el comportamiento entre un niño y otro están relacionadas con las características de la familia a la cual pertenece.7 Se han identificado asociaciones entre diversas características socioeconómicas familiares y conductas activas y sedentarias en niños y adolescentes en diversos países.8,9,10,11,12 Sin embargo, existe poca información en población mexicana6,13 Por tanto, el propósito de este estudio fue identificar la asociación entre conductas activas y sedentarias con las características sociodemográficas y económicas de las familias de escolares que viven en el municipio de Arandas, Jalisco, México.

Métodos

En este estudio transversal se incluyeron niños de 5 a 12 años de edad, de ambos sexos, seleccionados de las escuelas públicas de educación preescolar y primaria del municipio de Arandas, Jalisco, entre 2010 y 2011. A partir del registro proporcionado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), delegación Jalisco, se realizó un muestreo aleatorio de las escuelas del municipio; una vez seleccionadas, se obtuvo el listado de alumnos inscritos (por turno). Se muestrearon los grupos y, finalmente, mediante muestreo aleatorio simple se seleccionaron los participantes.

Se seleccionaron 206 escolares sin enfermedades crónicas, genéticas o congénitas aparentes o previamente diagnosticadas, sin enfermedades agudas o subagudas (presentadas durante las dos semanas previas al estudio) y sin impedimento para llevar a cabo las mediciones antropométricas.

Semanalmente se citaron 20 participantes. Los sujetos seleccionados de las escuelas de la cabecera municipal fueron evaluados en las instalaciones del Instituto Alteño para el Desarrollo de Jalisco (INADEJ) y los niños pertenecientes a escuelas ubicadas en las distintas delegaciones o rancherías del municipio se evaluaron en las instalaciones de la escuela más cercana a su localidad. Al arribar a las instalaciones (de INADEJ o de las escuelas), las madres de familia junto con el equipo de trabajo leyeron detalladamente la carta de consentimiento informado; se aclaró cualquier duda y se obtuvieron las firmas correspondientes. Se realizaron las mediciones antropométricas y se aplicaron las encuestas. Se descartaron del estudio 14 participantes por contar con expediente incompleto; el análisis de los resultados se realizó con 192 sujetos.


Indicadores antropométricos

Previa estandarización de dos observadores con el método de Habicht,14 se realizaron las siguientes mediciones antropométricas: la estatura, en un estadímetro móvil (SECA 214® Hamburgo, Alemania), se midió por duplicado y se reportó el promedio; el peso se obtuvo en una báscula electrónica (TANITA TBF-300®, Illinois, USA). El sexo, la fecha de nacimiento, el peso y la talla fueron ingresados al programa Anthro-Plus (de la Organización Mundial de la Salud), en el que se calculó el IMC/E en puntaje Z. Se clasificó como peso normal de −2 a +1 DE, sobrepeso > + 1 DE y obesidad > + 2 DE.15


Conductas activas y sedentarias

Se aplicó a las madres de familia en conjunto con sus hijos un instrumento que contiene preguntas enfocadas a identificar la presencia de conductas de actividad física activas y sedentarias en los niños y niñas (cuadro I). Este instrumento fue diseñado y aplicado por el equipo en un trabajo de tesis de maestría que incluyó a 196 niños de 5 a 9 años de edad en la ciudad de Guadalajara, Jalisco.16


Cuadro I Preguntas incluidas en el instrumento utilizado para evaluar la actividad física (entre paréntesis se incluyen las probables respuestas)


Los datos socioeconómicos y demográficos se obtuvieron mediante el uso de un formato elaborado ad hoc por el equipo de investigadores para la obtención de información relacionada con educación, ingreso económico e infraestructura del hogar.

La captura de datos se llevó a cabo en el programa Excel Microsoft Office 2007 para Windows 7; posteriormente, la base de datos fue exportada al paquete estadístico SPSS, versión 18.

Asimismo, para el análisis estadístico usamos los programas SPSS, versión 18, y Epi-info, versión 7. Con los análisis se evaluó la distribución de los datos mediante la prueba de Kolmogorov-Smirnof. Se estimó la diferencia de promedios y la diferencia de proporciones con los datos agrupados por sexo, ingreso familiar e IMC (Z) mediante las pruebas t de Student, U de Mann Whitney y chi cuadrada. Se exploraron las asociaciones bivariadas entre las conductas activas y sedentarias de los escolares y las variables socioeconómicas de las familias mediante chi cuadrada. Aquellas que resultaron significativas (p < 0.05) o con una tendencia significativa (p < 0.2) fueron incluidas en modelos de regresión logística.

En relación con las consideraciones éticas, el protocolo fue aplicado una vez obtenido el consentimiento informado. Fue aprobado por el Comité de Bioética y el Comité de Investigación de la Universidad de Guadalajara, con el dictamen CI-13609.

Resultados

Se analizaron los datos de 192 participantes, 57.8% niños y 42.2% niñas. La edad promedio fue de 8.1 ± 2.1 años y fue significativamente mayor en varones (8.4 ± 2.3 años) que en niñas (7.7 ± 2.2 años) (p = 0.035). La edad de las madres fue de 37.2 ± 8.3 años y la de los padres de 40.1 ± 9.4 años. El ingreso familiar mensual fluctuó entre 1000 y 20 000 pesos mexicanos (PM), con un promedio de 6105 ± 5082 PM (con una relación PM: dólar americano de 12.6:1). Al estratificar a las familias por ingreso económico per cápita al día (≥ 25 frente a < 25 PM), 71.3% percibía ≥ 25 PM. En el análisis por IMC/E (Z) se incluyeron 174 sujetos (18 sujetos fueron descartados por no contar con el dato de peso o estatura). De acuerdo con los criterios de la OMS,15 72.4% presentaron peso normal y 27.6% sobrepeso u obesidad.


Características socioeconómicas de las familias

La mayoría de las familias fueron nucleares (aproximadamente 80%) (cuadro II). En las familias de mayor ingreso económico se observó la mayor proporción de familias “pequeñas” (de cuatro a seis miembros) (p < 0.001). La mayor parte de las parejas (93.7%) se encontraban casadas o en unión libre y esta condición fue más frecuente en las familias de mayor ingreso económico frente a las de menor ingreso (96.3 frente a 87%), p = 0.019. La mayoría de los padres (75%) y madres (80.8%) de familia refirieron haber cursado primaria completa o más. La baja escolaridad (≤ 3 años) fue más frecuente en las familias de menor ingreso (p < 0.001). En cuanto a la ocupación, 11% de los padres de familia se dedicaban a la albañilería o a la agricultura (actividades consideradas de ingreso inestable), mientras que la mayor parte de las madres de familia (72%) se dedicaban al hogar. Se presentó hacinamiento (≥ 3 personas por habitación) en 17% de las familias analizadas.


Cuadro II Características socioeconómicas y educacionales de los padres de familia

*El patrón de referencia para el índice de masa corporal (IMC) es la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2007). De −2 a +1 desviación estándar (DE). > + 1 DE
§Se toma como base al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2010). Trabaja fuera de casa. La probabilidad se estimó con chi cuadrada: **p < 0.05; ††p < 0.01


Actividad física, ejercicio o deporte referido por los escolares

Todos los participantes manifestaron que “les gusta” practicar actividad física, ejercicio o deporte; sin embargo, solo de 60 a 80% refirió practicar alguna de estas actividades (cuadro III). La práctica de actividad física, ejercicio o deporte fue más frecuente en niños que en niñas (p = 0.002). Al ajustar por aquellas variables asociadas (mediante regresión logística) se observó que los varones que habitaban hogares no hacinados tuvieron mayor posibilidad de practicar actividad física (cuadro IV).


Cuadro III Comportamientos asociados con la actividad física y el sedentarismo en escolares

*El patrón de referencia para el índice de masa corporal (IMC) es la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2007). Desviación estándar (DE) de −2 a +1. DE > + 1. La probabilidad se estimó con chi cuadrada:§p < 0.05; p < 0.001


Cuadro IV Conductas de actividad física o sedentaria en escolares asociadas a características socioeconómicas y demográficas

Los valores de p se ajustaron entre sí mediante regresión logística. RM = razón de momios; IC 95% = intervalo de confianza al 95%


Conductas activas y sedentarias en la escuela

Los niños y niñas pertenecientes a familias de menor ingreso fueron menos proclives al uso de “transportes motorizados” hacia la escuela (16.3 frente a 36.1%), p = 0.016. Al ajustar mediante regresión logística, los niños y niñas de las familias de menor ingreso económico y cuyos papás eran albañiles o agricultores tuvieron mayor posibilidad de transportarse hacia la escuela usando medios de transporte activos (cuadro IV). El 91.5% de los niños y el 75.7% de las niñas refirieron que jugar era la actividad más importante que realizaban durante el recreo escolar (p = 0.006). Al ajustar mediante regresión logística, los varones cuyo papá tenía un nivel educativo bajo (≤ 3 años) presentaron una mayor probabilidad de jugar durante el recreo escolar (cuadro IV).

Conductas sedentarias realizadas durante el tiempo libre

Los niños y niñas incluidos en el estudio dedicaron 5 ± 2 horas por día a diversas conductas sedentarias en casa (ver televisión, dormir siesta, platicar con amigos, realizar tareas escolares o leer). En 95 y 96% de los casos, los niños y niñas respectivamente veían televisión de 5 a 7 veces por semana. De estos, 68% de los niños y 66% de las niñas dedicaban más de dos horas por día a esta actividad, sin diferencias por ingreso económico o IMC. Al ajustar las variables asociadas mediante regresión logística, pertenecer a una familia nuclear significó una mayor posibilidad de pasar más tiempo frente al televisor (cuadro IV). Destacó que solo 24.1% de los varones y 15.2% de las niñas utilizaba computadora o videojuegos de manera frecuente (de 5 a 7 días por semana) y en promedio dedicaron 65 ± 41 minutos por día a esta actividad, sin diferencia al estratificar por sexo, ingreso económico o IMC.


Conductas activas realizadas durante su tiempo libre

Los niños y niñas dedicaron 3 ± 2 horas por día a conductas activas en casa. Los niños dedicaron más tiempo a estas actividades (216 ± 162 minutos por día) que las niñas (141 ± 91 minutos al día), p = 0.001. El uso de bicicleta, patines, patín o patineta (de 5 a 7 días por semana) fue similar en varones (32.9%) y niñas (30.6%). Los niños y niñas utilizaron estos juguetes 66 ± 51 minutos al día. Hubo una tendencia a dedicar más tiempo a esta actividad en los niños (77 ± 58 minutos por día) que en las niñas (52 ± 36 minutos al día), p =  0.057. Solo 19.3% y 14.3% de los niños y niñas, respectivamente, refirieron practicar algún deporte con frecuencia (de 5 a 7 días por semana). En promedio, le dedican 70 ± 47 minutos al día. Los varones dedicaron más tiempo a esta actividad (79 ± 52 minutos por día) que las niñas (53 ± 31 minutos al día), p = 0.038. Al considerar el IMC se observó que 82.1% de los niños y niñas con sobrepeso u obesidad refirieron no practicar deporte. En 82% de los casos, los niños y las niñas refirieron que como actividad de esparcimiento caminaban (de 5 a 7 veces por semana) y esta actividad fue más frecuente en aquellos con peso normal (76.6%) que en los que presentaban sobrepeso u obesidad (23.4%), p = 0.034. Al ajustar mediante regresión logística se observó que los niños con peso normal triplicaron la posibilidad de realizar caminata como actividad recreativa en su tiempo libre. Se observó que solo 5% de los niños y niñas asistían de manera regular a parques, unidades o clubes deportivos y 44% salían a jugar a la calle de 5 a 7 días por semana como actividad de esparcimiento. Esta última actividad fue más frecuente en niños que en niñas (52 frente a 33%, respectivamente). No se observaron diferencias por ingreso o IMC. Los niños y las niñas cuyo papá tenía empleo eventual tuvieron mayor posibilidad de realizar esta actividad (cuadro IV).

Discusión

Es interesante observar que los varones que pertenecían a una familia nuclear y aquellos cuyos papás tuvieron menor escolaridad presentaron mayor posibilidad de jugar sobre leer-comer-platicar durante el recreo escolar. También observamos que los escolares de familias nucleares pasaron más tiempo frente al televisor y tuvieron mayor frecuencia de lecturas o tareas escolares durante su tiempo libre.

El número de personas por habitación se asoció con la práctica de actividad física. Los varones pertenecientes a familias hacinadas (≥ 3 personas por habitación) tuvieron menor posibilidad de practicar actividad física, ejercicio o deporte. Dado que la práctica de estas actividades implica, en la mayoría de los casos, una actividad grupal, se requiere de una adecuada interacción social. Diversos investigadores,17,18,19,20 refieren que desde el punto de vista psicológico “la estimulación producida por el hacinamiento amenaza la capacidad de control de las propias interacciones sociales”. Este fenómeno limitaría la habilidad del niño para interactuar socialmente con sus pares; este supuesto explicaría la escasa participación en actividades grupales de los hijos de familias que se encuentran en esta condición.

El tiempo que los niños dedican a leer o realizar tareas escolares fuera de la escuela contribuye a las actividades sedentarias realizadas durante su tiempo libre. Los niños y niñas que vivían en condición de hacinamiento realizaron estas actividades con menor frecuencia que sus pares no hacinados. Diversos autores17,18,19,20 señalan que el hacinamiento genera un ambiente poco propicio para el desarrollo de habilidades cognitivas indispensables para el aprendizaje y la concentración (por ejemplo, desarrollo deficiente de la habilidad discriminativa perceptual, atención fluctuante y poco sostenida, etcétera) en los niños y niñas expuestos. Esto explicaría la asociación entre hacinamiento y poca dedicación a estas actividades.

Los varones cuyas madres se dedicaban a actividades diferentes al hogar fueron menos propensos a practicar actividad física, ejercicio o deporte que aquellos cuyas madres se dedicaban al hogar. La participación de la mujer en los diversos ámbitos laborales es cada vez más amplia, pues sus actividades se han diversificado y, en consecuencia, la mujer ha sacrificado, en muchas ocasiones, el tiempo que antes destinaba a la convivencia familiar y a la asistencia a sitios de recreación que favorecen la práctica de actividad física en sus hijos.

Los niños y niñas cuyos padres se dedicaban a actividades laborales diferentes a agricultura/albañilería y que pertenecían a las familias con mayor ingreso económico presentaron mayor posibilidad de trasladarse hacia la escuela utilizando un medio de transporte motorizado. Esto puede atribuirse a que las mejores condiciones económicas favorecen la asignación de parte del presupuesto familiar a la adquisición de un automóvil propio o, en su defecto, a la comodidad de tomar un autobús en lugar de caminar. Existe evidencia de que los niños y niñas que utilizan medios de transporte motorizados para ir a la escuela destinan menos tiempo a realizar actividad física moderada-vigorosa en comparación con aquellos que caminan o van en bicicleta.21,22,23,24 Además, presentan una tendencia a menor actividad en otros momentos del día (excluyendo el transporte).24 En los participantes del estudio se observó que los niños y niñas de mayor ingreso económico (asociado a mayor proclividad al transporte motorizado) mostraron menor frecuencia de caminata durante el día y en el caso de las niñas, se movieron menos durante el recreo escolar (prefirieron leer, comer o platicar frente a jugar).

Salir a jugar a la calle representa una oportunidad de incrementar el nivel de actividad física durante el día.25 Esta conducta estuvo asociada con la situación de empleo y la escolaridad paterna. Los hijos varones de padres con empleo eventual y baja escolaridad tuvieron mayor posibilidad de salir a jugar a la calle de manera frecuente. Es posible que al no contar el padre con un empleo estable se le dificultara comprometer parte de su ingreso económico para la realización de actividades estructuradas (por ejemplo: practicar deportes, realizar actividades culturales o académicas fuera de la escuela.), y este tiempo libre sería aprovechado por el niño para jugar en la calle.26 Asimismo, es probable que los niños y niñas cuyos padres tienen empleos con mayor estatus social participen de manera más consistente en actividades deportivas estructuradas (práctica de deportes).

La frecuencia de sobrepeso y obesidad observada en los escolares incluidos en este estudio (27.6%) fue inferior a las prevalencias nacional (34.4%) y estatal (39.6%), reportadas por la ENSANUT 2012.1,27 La única diferencia significativa en las conductas activas o sedentarias asociada al IMC en los escolares de nuestro estudio fue la práctica de caminata como actividad de recreación durante el día. Los varones que hacían caminata de manera frecuente (de 5 a 7 veces por semana) tuvieron un peso normal con mayor frecuencia que aquellos que no realizaban esta actividad o lo hacían de manera esporádica. La práctica de esta actividad de manera frecuente fue más común en familias nucleares con bajo ingreso económico.

Con relación a las potenciales limitaciones del estudio hacemos las siguientes consideraciones: a) aunque es consistente el instrumento utilizado para la obtención de las conductas activas y sedentarias, no ha sido validado, b) la información obtenida se basó en la percepción de las madres de familia; c) el estudio se circunscribió al municipio de Arandas, Jalisco, y los resultados no son extrapolables a lo que sucede en otros municipios del estado o del país.

En conclusión, existen asociaciones significativas entre la presencia de conductas activas y conductas sedentarias con diversas características sociodemográficas y económicas de las familias del municipio de Arandas, Jalisco, México. Las conductas activas y sedentarias se presentaron de manera diferenciada por sexo. Las conductas activas de los escolares se asociaron de manera más consistente con variables que caracterizan al estrato socioeconómico bajo: ingreso económico bajo, escasa escolaridad de los padres, ocupación de los padres como albañiles o campesinos y empleo eventual de los padres de familia.

Agradecimiento

Agradecemos profundamente a las licenciadas en nutrición Erika Alejandra Caro Sabido y Joanie Ramírez Díaz por su valioso apoyo en la aplicación de las encuestas y en la recolección de datos.

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Declaración de conflicto de interés: los autores han completado y enviado la forma traducida al español de la declaración de conflictos potenciales de interés del Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas, y no reportaron alguno que tuviera relación con este artículo.

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