Cómo citar este artículo: Álvarez-Rangel LE, Cruz-Santiago J, Meza-Jiménez G, Bernáldez-Gómez G, Ledesma-González VM, Camacho-Hernández F, Rodríguez-Rodríguez A, Aguilar-Martínez C. Modificación de la calidad de vida relacionada con la salud en receptores de trasplante renal. Rev Med Inst Mex Seguro Soc. 2015;53 Supl 1:S66-73.
ESPECIALIDADES MÉDICAS
Recibido: 22/10/2014
Aceptado: 06/03/2015
Luis Enrique Álvarez-Rangel,a José Cruz-Santiago,a Guillermo Meza-Jiménez,a Germán Bernáldez-Gómez,a Víctor Manuel Ledesma-González,a Fernando Camacho-Hernández,b Arturo Rodríguez-Rodríguez,b Carolina Aguilar-Martínezb
aUnidad de Trasplantes
bDepartamento de Nefrología
Hospital de Especialidades “Dr. Antonio Fraga Mouret”, Centro Médico Nacional La Raza, Distrito Federal, México
Comunicación con: Luis Enrique Alvarez-Rangel
Teléfonos: (55) 5782 1088 y (55) 5724 5900, extensión 23270
Correo electrónico: luis.enrique.alvarez.rangel@gmail.com
Introducción: la evaluación de la calidad de vida relacionada con la salud es fundamental en las terapias de reemplazo renal. Realizamos un estudio para evaluar la modificación en la calidad de vida a los 6 y 12 meses del trasplante renal y compararla con población sana y población general.
Métodos: se realizó un estudio prospectivo en 278 receptores renales aplicando la encuesta SF-36 a los 0, 6 y 12 meses del trasplante. Los resultados fueron comparados con los obtenidos en población sana (donantes renales) y población general. Se empleó prueba t de student para realizar las comparaciones de medias. Una p < 0.05 fue considerada estadísticamente significativa.
Resultados: la calidad de vida previa al trasplante fue inferior a la observada en población sana y población general (p < 0.001). A los 6 meses de trasplante se obtuvo mejoría significativa con respecto a la medición basal (p < 0.001) en los 8 dominios y las dos escalas compuestas, pero a los 12 meses no se observó un beneficio adicional. La calidad de vida de los receptores a los 12 meses de trasplante fue inferior solo en el concepto de salud general (p = 0.035) al compararse con la población sana. No obstante, fue superior a la población general en las escalas compuestas física y mental (p = 0.013 y p = 0.001 respectivamente).
Conclusiones: la calidad de vida relacionada con la salud mejora significativamente a los 6 y 12 meses del trasplante renal, logrando equipararse con población sana y población general.
Palabras clave: Calidad de vida, Trasplante renal, Nefrología.
Background: The assessment of health-related quality of life is essential to renal replacement therapies. We conducted a study to evaluate the change in quality of life at 6 and 12 months after renal transplantation and compared with healthy population and general population.
Methods: A prospective study in 278 renal transplant recipients using the SF-36 survey at 0, 6 and 12 months after transplantation. The results were compared with those obtained in healthy population (kidney donors) and general population. Student t test was employed for comparisons of means. A value of p < 0.05 was considered statistically significant.
Results: The quality of life before transplantation was lower than that observed in healthy population and the general population (p < 0.001). At 6 months of transplantation significant improvement over the baseline measurement (p < 0.001) in the 8 domains and the two composite scales was obtained, but at 12 months, an additional benefit was not observed. The quality of life of recipients at 12 months of transplant was lower only in the concept of general health (p = 0.035) compared with healthy population. However, it was higher than general population in physical and mental composite scales (p = 0.013 and p = 0.001 respectively).
Conclusions: The health related quality of life improved significantly at 6 and 12 months after renal transplantation, achieving equated healthy population and general population.
Keywords: Health related quality of life, Renal transplant, Nephrology.
Los pacientes con insuficiencia renal crónica experimentan una severa disminución en su estilo de vida que incluye limitaciones en la actividad física y mental.1-5 Por ello, la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) se considera un punto fundamental en la evaluación de las terapias de reemplazo renal. Es un constructo multidimensional que incorpora al menos tres dominios: el funcionamiento físico, el funcionamiento psicológico y el funcionamiento social; los cuales pueden verse modificados por la enfermedad y el tratamiento.3 En trasplante renal es un indicador cada vez más importante porque refleja la percepción del paciente sobre su estado de salud antes y después del tratamiento. Para evaluarla pueden emplearse instrumentos genéricos (SF36),6 específicos para enfermedad renal crónica (Kidney Disease Quality of Life [KDQOL])7 o específicos para trasplante renal (ReTransQol).8
Los instrumentos genéricos tienen como principal ventaja su utilidad en diversos contextos clínicos y la posibilidad de realizar comparaciones con población sana o población general. La encuesta SF-36 es un instrumento genérico que ha sido validado previamente en población general mexicana9,10 y con insuficiencia renal crónica.11-14 Por esta razón, puede ser de utilidad para la valoración de la calidad de vida en receptores de trasplante renal.
Múltiples estudios han demostrado la superioridad de la calidad de vida con trasplante renal al compararse con pacientes en algún tipo de terapia dialítica.1,3,15-21 Algunos otros han incluido la comparación de los receptores de trasplante con la población general1,15,22-25 y muy pocos han empleado un grupo de población sana para realizar las comparaciones. Esto es de importancia debido a que la población general no siempre tiene el mismo contexto social, económico y cultural de los receptores de trasplante renal; aún más, la población general no necesariamente es población sana.
En México, poco se ha estudiado la calidad de vida relacionada con la salud de los receptores de trasplante renal. En este sentido realizamos un estudio con el objetivo de establecer las modificaciones en la calidad de vida a los 6 y 12 meses del trasplante renal, y compararla con población sana y población general.
Se realizó un estudio prospectivo en la unidad de Trasplante Renal de la UMAE Hospital de Especialidades “Dr. Antonio Fraga Mouret” del Centro Médico Nacional La Raza durante el periodo comprendido entre el 1º de enero del 2007 y el 30 de junio del 2010. Fue empleado el instrumento genérico para medición de la calidad de vida relacionada con la salud (SF-36). El cuestionario fue aplicado a 3 grupos de pacientes:
El grupo de receptores de trasplante renal incluyó a todos aquellos pacientes trasplantados en nuestro hospital durante el periodo de tiempo mencionado, el cuestionario les fue aplicado el día previo al trasplante renal (medición basal) y se repitió la medición a los 6 y 12 meses durante su seguimiento en la consulta externa. El grupo de población sana incluyó a los donantes renales que aceptaron participar durante el mismo periodo de tiempo; se tomó como población sana debido a que durante el protocolo de estudio para la donación se demostró ausencia de enfermedades crónicodegenerativas; teniendo la ventaja adicional de pertenecer al mismo contexto social, económico y cultural que los receptores ya que generalmente son familiares, esposos o amigos de ellos; se les aplicó el mismo cuestionario el día previo a la nefrectomía. El grupo de población general incluyó a personas ajenas a la institución, elegidas al azar, que se encontraban acompañando a pacientes en el área de consulta externa, se les aplicó el mismo cuestionario que a los donantes y receptores en una sola ocasión durante el periodo de estudio.
Las respuestas obtenidas mediante el instrumento genérico SF-36 fueron codificadas para la construcción de 8 conceptos o dominios de salud (función física [FF], rol físico [RF], dolor corporal [DC], salud general [SG], vitalidad [VT], función social [FS], rol emocional [RE] y salud mental [SM]) y dos escalas compuestas (componente de escala física [CEF] y componente de escala mental [CEM]). Los resultados se expresan en una escala de 0 (peor salud) a 100 (mejor salud).
Se realizaron comparaciones entre las encuestas realizadas a los receptores a los 0, 6 y 12 meses del trasplante renal. Posteriormente se realizaron comparaciones de los resultados obtenidos a los 6 y 12 meses en los receptores con los resultados obtenidos en población sana y en población general.
Los datos recabados fueron analizados mediante el programa estadístico SPSS versión 17. Los resultados se expresan como medias ± desviación estándar para variables escalares, y frecuencias simples con proporciones para variables categóricas. Las comparaciones de medias entre grupos se realizaron mediante prueba t de Student. Una p < 0.05 fue considerada significativa.
El estudio fue aprobado por el comité de investigación de nuestro hospital y todos los pacientes fueron incluidos previa firma de consentimiento informado.
Se realizó la medición basal de la calidad de vida relacionada con la salud a 278 receptores de trasplante renal (246 [88.5 %] de donante vivo, y 32 [11.5 %] de donante fallecido) con una edad media de 27.16 ± 8.94 años, 163 (58.6 %) de sexo masculino. Durante el seguimiento, 221 y 118 receptores completaron la encuesta SF-36 realizada a los 6 y 12 meses respectivamente. Para el grupo de población sana fueron incluidos 159 donantes renales y para el grupo de población general se incluyó a 219 personas que acompañaban a los pacientes durante su consulta. Las características demográficas y clínicas basales de los tres grupos pueden observarse en el cuadro I.
La encuesta SF-36 realizada el día previo al trasplante valora la calidad de vida en terapia con diálisis peritoneal o hemodiálisis. Los resultados de la encuesta basal fueron inferiores a los observados en población sana y población general (p < 0.001) en los 8 dominios y las dos escalas compuestas (figura 1).
En la figura 2 se observa cómo a los 6 meses de trasplante se obtuvo mejoría significativa con respecto a la medición basal (p < 0.001) en los 8 dominios y las dos escalas compuestas. No obstante, a los 12 meses no se documentó un beneficio adicional. Las diferencias entre las mediciones realizadas a los 6 y 12 meses del trasplante no fueron significativas en ninguno de los conceptos de salud o escalas compuestas (cuadro II). El grupo de población sana obtuvo mejor puntaje que la población general en los conceptos de dolor corporal (p = 0.004), salud general (p < 0.001) y vitalidad (p = 0.002).
Los resultados a los 6 meses de trasplante fueron inferiores a los del grupo de población sana en los conceptos de función física y salud general (p = 0.002 y p < 0.001 respectivamente) pero fueron superiores en el concepto de vitalidad (p = 0.041) y en el componente de escala mental (p = 0.032). En contraste, los resultados obtenidos a los 6 meses por los receptores de trasplante fueron superiores a los obtenidos por población general en los conceptos de dolor corporal (p < 0.001), vitalidad (p < 0.001), función social (p < 0.001), rol emocional (p = 0.040), salud mental (p = 0.033) y el componente de escala mental (p < 0.001).
En la figura 3 se observa cómo la calidad de vida de los receptores a los 12 meses del trasplante fue inferior solo en el concepto de salud general (p = 0.035) al compararse con la población sana; en el resto de los conceptos de salud y escalas compuestas no se observaron diferencias significativas. Sin embargo, los resultados fueron superiores a la población general en las escalas compuestas física y mental (p = 0.013 y p = 0.001 respectivamente).
El trasplante es considerado la terapia de reemplazo renal de elección en pacientes con insuficiencia renal crónica debido a que sus resultados son superiores a los obtenidos con diálisis peritoneal o hemodiálisis, tanto en términos de supervivencia del paciente como en calidad de vida.26 En nuestro estudio, la calidad de vida relacionada con la salud en los pacientes con insuficiencia renal crónica previa al trasplante resultó inferior en los ocho conceptos de salud y las dos escalas compuestas al compararse con población sana y población general. Estos resultados muestran el gran impacto que tiene la insuficiencia renal crónica sobre la calidad de vida, aun en los casos en los que los pacientes se encuentran en terapia con diálisis peritoneal o hemodiálisis.1-16 Hallazgos similares han sido reportados por otros grupos.1-5 Probablemente porque el aclaramiento de solutos no es el único determinante sobre la calidad de vida como lo demostró el estudio ADEMEX.11 Múltiples factores impactan sobre la calidad de vida de los pacientes en terapias de reemplazo renal, entre ellos destacan: la edad, género, anemia, estado nutricional, comorbilidad, estado socioeconómico, desempleo y los efectos colaterales de los fármacos.11,27,28
La mejoría en la calidad de vida es significativa desde los primeros 6 meses del trasplante; no obstante, no se logra una mejoría adicional al año. Esto sugiere que el beneficio del trasplante renal sobre la calidad de vida se establece principalmente durante los primeros 6 meses y es similar a lo reportado por otros grupos.22,25 Ponton et al. establecieron que la calidad de vida después del trasplante presenta oscilaciones durante el periodo comprendido entre los 7 y 36 meses. En los primeros tres, se da un fenómeno descrito por los pacientes como “volver a nacer”, posteriormente, la calidad de vida muestra una disminución hasta los 6 meses del trasplante y finalmente mejora para alcanzar la estabilidad al año.29
La mejoría en la calidad de vida de los receptores de trasplante renal fue tan significativa en nuestro estudio que resultó equiparable a la observada en población general en todos conceptos de salud, e incluso superior en las dos escalas compuestas. Nuestros resultados son parecidos a lo informado por otros autores.16,21,22,25 Ogutmen et al. compararon 302 receptores de trasplante renal con 64 pacientes en hemodiálisis, 207 pacientes en diálisis peritoneal, y 278 sujetos normales. El trasplante fue la terapia de reemplazo renal con mejor calidad de vida y sus resultados no fueron diferentes de los obtenidos por el grupo de controles normales.16 Aun en los estudios en los que los receptores no han alcanzado puntajes similares a los de la población general, el beneficio en la función física y mental es sobresaliente. Aasebo et al. aplicaron el cuestionario SF-36 a 131 adultos jóvenes receptores de trasplante y lo compararon con los resultados de 2360 individuos de la población general. Aunque los receptores lograron un puntaje menor a la población general en siete de los ocho conceptos de salud y las dos escalas compuestas; reportaron una mayor participación en actividades culturales o deportivas, la mayoría se encontraban satisfechos con su trabajo y lograron educación universitaria en mayor proporción que la población general.30
En nuestra serie, los receptores a los 6 meses del trasplante obtuvieron resultados superiores a la población general en los conceptos de dolor corporal, vitalidad, función social, rol emocional, salud mental y el componente de escala mental. Sin embargo, el grupo de población general también fue inferior a la población sana en los conceptos de dolor corporal, salud general y vitalidad. Por esta razón, el empleo de la población general como grupo control puede ser incorrecto, debido a que no siempre tiene el mismo contexto social, económico y cultural de los receptores de trasplante renal; aún más, la población general no necesariamente es población sana. De tal forma que resulta necesaria la comparación con población que se conozca sana. Los donantes renales son pacientes que se presumen sanos debido a que han llevado un protocolo de estudio en el que no se ha demostrado alguna patología crónicodegenerativa, además tienen la ventaja adicional de compartir las mismas condiciones socioeconómicas del receptor debido a que generalmente tiene relación familiar o de amistad. Considerando las limitaciones mencionadas del grupo de población general, en nuestro estudio se incluyó para las comparaciones un grupo de población sana (donantes). Solo la percepción de salud general fue superior en el población sana al compararse con los receptores al año de trasplante, no hubo diferencias en el resto de conceptos de salud y las dos escalas compuestas.
La mejoría de la calidad de vida durante el primer año postrasplante es de importancia para el desenlace a largo plazo. Puntajes altos en la función física y mental a los 3 meses de trasplante predicen una mejor sobrevida de paciente e injerto a 10 años.31 Molnar et al. demostraron que por cada 10 puntos de incremento en la escala compuesta física, disminuye 18 % el riesgo de mortalidad.32 El deterioro en la función física incrementa el riesgo de mortalidad y falla del injerto a los 12 años de trasplante.33 Entre las limitaciones del presente trabajo podemos incluir el empleo de un instrumento genérico para la evaluación de la calidad de vida. Sin embargo, a pesar de no ser específico para pacientes con insuficiencia renal crónica, nos permitió establecer comparaciones con población general y población sana. El cuestionario SF-36 ha sido utilizado y validado a nivel internacional tanto en población general, en trasplante renal y en enfermedad renal crónica. En México, ha sido empleado en estudios importantes realizados en pacientes con insuficiencia renal crónica como el ADEMEX.11
La calidad de vida relacionada con la salud mejora significativamente a los 6 y 12 meses del trasplante renal, logrando equipararse a población sana y población general.
Declaración de conflicto de interés: los autores han completado y enviado la forma traducida al español de la declaración de conflictos potenciales de interés del Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas, y no fue reportado alguno que tuviera relación con este artículo.